El áster (“Aster novi-belgii”) es una planta de floración otoñal, aunque algunas variedades pueden hacerlo también en verano. Es originaria de América del Norte y sus flores suelen ser de color rosa, azul o violeta.
Su cultivo es sencillo. Necesita una ubicación al sol, aunque en climas demasiado calurosos podremos ubicarla en un lugar con sombra parcial pero con mucha luz.
En época de floración regaremos más frecuentemente, para mantener el sustrato húmedo pero cuidando de no encharcarlo, ya que produciría la pudrición de la planta.
Aprovecharemos también en este periodo para abonar al menos una vez al mes.
Como muchas plantas con flor, se estimula su floración si vamos eliminando flores marchitas de la planta. Cuando llegue el invierno, conviene darle una buena poda a la planta, e ir despuntando en primavera, conforme vaya creciendo, para así darle una forma más compacta.
La mejor forma de multiplicarla es mediante división de la mata en primavera.
Con exceso de humedad y falta de sol suele aparecer oidio, que es un hongo que se manifiesta como una capa blanquecina sobre las hojas. En este caso se debe tratar con un fungicida adecuado.
Como plagas más frecuentes encontramos el ataque de pulgones y mosca blanca, que puede llegar a secar la planta.