Adelfa

  Tengo dos ejemplares de adelfa o laurel rosa (“nerium oleander”) en recipientes, de variedad enana que hoy os quiero mostrar.

  Esta planta es sin duda, una de las más fuertes y adaptadas de clima mediterráneo. La veremos crecer normalmente en los márgenes de arroyos, ramblas, ríos… y en aquellos sitios en general donde sus raíces puedan encontrar algo de humedad.

  Los ejemplares adultos son resistentes a largos periodos de sequía, es por eso que muchas veces también las encontraremos plantadas en las medianas de las autopistas, conformándose con las escasas lluvias del clima mediterráneo.

  Por todo lo anterior podemos deducir que la exposición ideal para esta planta es a pleno sol. Odia los encharcamientos, pudiendo aparecer hongos en tal circunstancia, pero no por eso quiere menos riego, al contrario, cuanto más regular sea éste, mejor floración tendrá.

  La adelfa es una arbusto de hoja perenne, que puede llegar a alcanzar más de 5 m de altura. Las variedades enanas pueden superar el metro, y tienen suficiente en un recipiente de unos 30 cm de diámetro.

  Florece en verano, desde finales de la primavera hasta inicios del otoño, y sus flores pueden ser blancas, rosas, rojas y amarillas.

  Soporta las heladas débiles, si el invierno se presenta duro, debemos resguardar la planta de los vientos fríos.

  Se puede podar después de la floración, a principios del otoño. Para realizar esta poda tendremos en cuenta que lo básico es dar forma al arbusto, por tanto, si la planta no es demasiado grande, eliminaremos solamente ramas muertas y cortaremos justo debajo de las flores marchitas. Si se trata de un arbusto grande, lo que se suele hacer es cortar un tercio de la rama florecida y unos 15 cm de las ramas laterales.

  Las enfermedades habituales de la adelfa son la negrilla, causada por cochinillas y pulgones (básicamente sus únicos enemigos), y se puede eliminar combatiendo a la plaga. También aparecen enfermedades de tipo fúngico, que producen necrosis en los brotes, en este caso se debe cortar el trozo afectado y tratar la planta con fungicida.

  La adelfa se multiplica por semillas a finales de otoño o por esqueje semileñoso.

  Advertencia: Esta planta es tóxica en todas sus partes. La ingesta de hojas, flores y raíces puede causar la muerte en personas y animales. Deberán prestar especial atención aquellas personas con niños o con animales domésticos.

Jacobinia

  “Jacobinia carnea” es una planta no muy frecuente en España, que en algunas ocasiones podemos encontrar en el vivero. Esta planta es originaria de Brasil y su floración estival es espectacular.

  En zonas con humedad relativa seca, como es mi caso, no acaba de lucir el verde follaje de sus hojas, esto es debido a que es una planta que necesita mucha luz, pudiendo estar a pleno sol, pero también necesita cierta humedad ambiental.

  Se trata de una planta arbustiva, que puede llegar a alcanzar 1 m de altura y con una curiosa floración en espiga, con pétalos rosados. Las imágenes que os pongo en el resto de este artículo muestran el progreso desde que se forma la espiga hasta que florece totalmente.

  En esta foto se ven nacer los pétalos en el inferior de la espiga.

  La jacobinia es una planta que necesita bastante riego en verano, y una ubicación, como ya he dicho antes bien luminosa, por tanto su mejor emplazamiento será a pleno sol o a semisombra, e intentaremos protegerla de los vientos secos del verano según como sea nuestro clima.

  En primavera y verano abonaremos cada 15 días, ya que le gusta tener un sustrato rico en nutrientes.

La floración ya va alcanzado más de la mitad de la espiga.

  Tolera el frío refugiada entre otras plantas. Para conseguir una buena floración en verano, ha de reposar en invierno, época en la cual reduciremos el riego y no abonaremos.

  Los brotes nuevos pueden ser atacados por el pulgón. Si fuera necesario trataremos la planta con el insecticida adecuado.

  La flor ya se muestra al completo.

  Según el tamaño de la planta, se puede podar en otoño, después de la floración, pudiendo emplear los trozos cortados en hacer esquejes, forma en la cual se multiplica.

Mandevilla spledens

  Esta planta es una variedad de dipladenia, conocida en otros sitios como jazmín chileno, la diferencia es que sus hojas, son mucho más grandes, presentan una forma elíptica y aspecto rugoso, y sus flores también son de mayor tamaño que la variedad dipladenia sanderi más comercializada.

  Se trata de una trepadora de rápido crecimiento que puede llegar a alcanzar más de 3 m de longitud, y de larga y abundante floración estival en forma de ramilletes. Necesita apoyo para trepar, un tutor o una espaldera.

  Yo la tengo en un macetero de 60 cm x 30 cm, pero también podría estar perfectamente en una maceta de unos 40 cm de diámetro.

  La exposición de esta planta debe ser a semisombra con mucha luz, evitando el sol en las horas de mayor irradiación, sobretodo en climas secos y calurosos, de lo contrario sus hojas e incluso sus flores se pueden llegar a quemar. No tolera las heladas.

  Necesita riego moderado en primavera y verano, dejando secar el sustrato entre riegos consecutivos. Nos aseguraremos de que la maceta tenga un buen drenaje y de no poner un plato debajo de ésta, ya que el exceso de agua y los encharcamientos producen la aparición de hongos.

  En los meses de poca actividad, el riego se debe reducir.

  Es bueno abonarla en primavera y verano cada 15 días, con abono que favorezca la floración.

  Las plagas más frecuentes en la mandevilla son el pulgón y la araña roja, conviene fumigar la planta con el insecticida o acaricida adecuado.

  Se puede reproducir por semilla en primavera o por esqueje. Si se quiere podar es mejor realizarlo en otoño o a finales del invierno.

Bignonia Blanca

  La bignonia blanca o “Pandorea jasminoides”, es una trepadora que recibe este nombre por producir unas flores en forma de trompeta, características de las bignonias, en color rosa pálido con el centro en un rosa más oscuro.

  Puede llegar a medir 4 ó 5 m de longitud y necesita un tutor o espaldera para subir, siendo una planta muy apropiada para cubrir pérgolas o decorar paredes.

  Su follaje es verde oscuro y semiperenne, pudiéndose perder en gran parte cuando los inviernos son demasiado fríos.

  Florece durante el verano, mejor a pleno sol, y principalmente en la parte alta de la planta, la parte baja con el tiempo se va quedando despoblada, es por eso que la mía lo hace en su mayor parte por encima de la pérgola.

  No tolera las heladas, por tanto, ya que con según que dimensiones no podemos guardarla en invierno dentro de casa,  deberemos elegir un lugar del patio o terraza donde el macetero y parte de su tronco esté a resguardo de los vientos fríos.

    El riego debe ser abundante, aunque el sustrato tiene que tener un buen drenaje, en caso contrario puede originar hongos en la planta que pueden llegar a matarla.

  El sustrato debe ligeramente ácido y rico, con lo cual es necesario abonarla en los meses de crecimiento, fundamentalmente si está en maceta, y si el agua de riego es calcárea también le daremos un aporte mensual de quelatos de hierro si fuese necesario (ver clorosis férrica), así como utilizar métodos para rebajar el pH de la tierra.

  Si se desea podar para mantener la forma, se hará después de la floración.

  La bignonia blanca no suele ser atacada, aunque yo normalmente la fumigo de forma preventiva contra el bichito rey de la terraza, el pulgón.

  Se reproduce en primavera por semillas, que se encuentran en unos frutos en forma de vaina, o por esqueje de tallo.

Una “Estantería–Jardín”

  La entrada de hoy está más relacionada con el bricolaje en la terraza que con los cuidados de las plantas.  Tenía una pequeña zona en la terraza, donde iba apilando parte de las plantas expuestas al sol y que presentaba el siguiente aspecto…

  Como podéis ver no presenta un aspecto muy estético, entre los tubos de riego, que se tapan unas plantas con otras…

  Pues bien, decidí hacer una estantería para colocarlas siguiendo el criterio de la zona de la fuente, y así mejorar la estética de esta sección.

  Después de comprar los materiales, se ocultaron los tubos de riego automático por encima del rodapié, y se construyó la estructura que iba a soportar las plantas, salvando los desniveles de las aguas de la terraza.

  Se colocó una malla metálica sobre el estante inferior, para colocar encima las piedras blancas decorativas. Dicho estante está hecho con losetas de madera tratada y con separación entre lamas para que cuando se riegue el agua sobrante caiga al suelo y no se forme una balsa sobre las maderas que acabaría deteriorándolas.

  A continuación se colocaron las borduras de jardín en los dos niveles, se pasaron los tubitos de riego, y se esparcieron las piedras sobre el estante bajo.

  Y todo listo para colocar las plantas!! El resultado final …..

  Hay que decir que iré cambiando algunas plantas y tiestos para mejorar el aspecto.

  Y la última foto, una toma nocturna…

Alegrías

  La alegría de la casa (“Impatiens walleriana”), es la flor típica por excelencia de la sombra, encargada de dar color a nuestras terrazas y patios, por largas temporadas, desde mediados de la primavera hasta mediados del otoño, con la entrada del frío.

  Generalmente se cultiva como anual, aunque en climas cálidos puede ser perenne. Sus flores tienen cinco pétalos y las hay en diversos colores, es por eso que se pueden combinar para dar un aspecto alegre a jardineras con plantas sin flor.

    No soportan las bajas temperaturas, si existe la posibilidad de meterlas a cubierto en invierno, probablemente podremos conservarlas para el año siguiente.

  Un pequeño recipiente de unos 12 cm es suficiente para contener una plantita. La exposición ha de ser en sombra o en semisombra suave.

  La maceta ha de tener un buen drenaje, en caso contrario puede aparecer podredumbre de raíces. A la hora de regarla habrá que tener en cuenta que el sustrato se haya secado relativamente, no demasiado ya que es una planta que no tolera la sequía.

    Es conveniente abonarlas durante el periodo de floración.

  Las plagas más frecuentes son el pulgón y la araña roja, y en ocasiones la mosca blanca. En caso de plaga se tratará con insecticida específico si fuese una opción rentable, hay que tener en cuenta que estos ejemplares son muy económicos, con lo que en ocasiones es mejor sustituirla por una nueva.

 

  Las enfermedades más comunes son de tipo fúngico, y principalmente vienen derivadas de un exceso de riego o de un mal drenaje.

  En caso de darse esta situación, lo mejor es deshacerse de la planta y sustituirla por una nueva.

  Se pueden reproducir por semillas, para ello lo mejor es hacerlo dentro de casa, sobre el mes de marzo, en una maceta y sin enterrar las minúsculas semillas. Una vez las plantas tengan tres o cuatro hojas se puede trasplantar a pequeñas macetitas. Llegado el mes de mayo o junio, se podrán volver a trasplantar al sitio definitivo.

Azucenas

  La azucena (“Lillium spp.”) pertenece a un género formado por más de 100 especies repartidas por todo el mundo. Es una planta bulbosa con llamativas flores y en algunos casos olorosas.

  El bulbo de esta planta se siembra a finales del invierno para que florezca a finales de primavera y durante gran parte del verano. A mi me ha funcionado mejor plantándola a poca distancia de la superficie, de forma que la cabeza del bulbo quede a unos 5 cm de la superficie del terreno.

  Como la mayoría de las bulbosas, necesita un sustrato bien regado (fresco y húmedo) pero a su vez bien drenado, ya que los encharcamientos darían lugar a la podredumbre del bulbo, con la consecuente muerte de la planta.

  Se desarrolla mejor al sol, pero intentando proteger el sustrato de los rayos directos. También se puede plantar en semisombra, pero cuidando que sea en un lugar donde reciba mucha luz.

  Plantadas en maceta pueden llegar a alcanzar más de 60 cm de altura, por tanto, dependiendo de la rigidez de su tallo habrá que acompañarla con un tutor. Pueden plantarse en recipientes relativamente pequeños, pero del tamaño suficiente para que su sistema radicular se desarrolle adecuadamente.

  Los colores más frecuentes son blanco, rosados, naranjas y amarillos, de diferentes tonos y, en algunos híbridos, combinados.

  Una vez se marchiten sus flores, seguiremos regando como habitualmente hasta que se acabe de marchitar por completo por sí sola, y una vez llegado este punto cortaremos el tallo. A continuación podemos reservar la maceta en lugar protegido para esperar nueva floración al año siguiente, o bien, sacar los bulbos y guardarlos en un lugar fresco y seco (por ejemplo una caja de cartón con tiras de papel o serrín en una habitación que no haya humedad).

  Los enemigos más frecuentes de esta planta suelen ser generalmente los pulgones, tratar periódicamente con insecticida específico.

  Puede padecer clorosis férrica, manifestándose por amarilleo de las hojas, que se corrige añadiendo quelatos de hierro.

  También, en ocasiones puede darse el caso de podredumbres u hongos, mayoritariamente causados por mal drenaje del recipiente que las contiene.

Petunias

  Las petunias, tal y como las encontramos hoy en el vivero (“Petunia x hybrida”), proceden de Petunia nyctaginiflora, cuando en el siglo XIX, una expedición francesa la importó de Brasil, de donde es originaria además de Argentina.

  La petunia es la reina de las macetas de primavera a otoño, y puede ser un buen sustituto para un recipiente, todo el año florido, en el que tengamos pensamientos, que florecen en los meses restantes.

 

  Es una planta anual, de hoja sencilla, pegajosa al tacto y con pequeños bellos. Sus flores pueden encontrarse en casi cualquier color y exhalan un aroma agradable (a mi personalmente me recuerda al olor del jazmín). Puede llegar a medir más de medio metro con porte colgante, aunque la variedad “surfinia”, creada en los años 90, puede alcanzar una longitud aún mayor con una floración muy prolífica, siendo idónea para plantar en una maceta colgante.

  Para plantar una sola petunia, será suficiente una maceta de unos 20 cm de diámetro, aunque lucen más en grupo, en un recipiente de unos 40 cm. Es importante el tamaño del tiesto, si es mayor evitará tener que regar la planta dos veces al día en verano.

  Conforme van creciendo, se pueden ir pinzando para conseguir  ramificaciones que en pocos días florecerán. También es conveniente ir retirando las flores pasadas con pedúnculo incluido.

  La exposición ideal para una buena floración es a pleno sol o en semisombra. Soportan perfectamente el sol directo del verano, aunque habrá que tener en cuenta que dicha situación hará que las tengamos que regar más frecuentemente, al tratarse de un ejemplar que requiere bastante agua (con buen drenaje).

  Hay que tener cuidado de no mojar las flores en el momento de regarlas, ya que el agua las estropea.

  También les gusta un sustrato rico, por tanto conviene abonar durante todo su periodo de floración, que prácticamente es el tiempo que las tendremos.

  Aunque soportan el frío, no vale la pena conservarlas de un año para otro, ya que las plantas viejas florecen peor.

  Las plagas más frecuentes de la petunia son el pulgón y la araña roja. Ésta última  es más habitual en verano, cuando el ambiente es seco. En ambos casos tratar con insecticida específico.

  Caracoles y babosas se comen los nuevos brotes, impidiendo a veces la floración de la planta, se puede utilizar cebo para limacos.

  El exceso de riego favorece la proliferación de hongos, que pueden dar lugar a pudrimiento del tallo o de las raíces (en estos casos eliminar la planta y desinfectar el recipiente antes de replantar), y amarilleo en las hojas.

  Son sensibles a numerosos virus que no tienen cura y que hará que tengamos que tirar la planta.

  La petunia se multiplica por semillas. Éstas se plantan a finales de invierno. Cuando la nueva plantita intente florecer, es conveniente pinzar la flor para que la propia planta adquiera más fuerza.

Verbena

  Existen más de 200 especies de esta planta tan común. Las hay de porte erguido y de porte colgante (éstas suelen ser más comunes y tienen un buen uso como planta tapizante).

  Los orígenes de esta planta son muy variados, algunas especies proceden del continente americano y otras de Europa. Es conocida desde la antigüedad, cuando se asociaba a la magia y a la suerte.

  También tiene usos medicinales contra el insomnio, las cefaleas, parásitos intestinales y algunas infecciones, no siendo recomendable a embarazadas por tener propiedades abortivas.

 

  Existen cultivares de muchos colores diferentes: blanco, rosado, rojo, morado, etc..

  La verbena es una planta de hoja perenne y la mayoría de especies resisten temperaturas frías (hasta -5ºC). Puede alcanzar una altura de unos 50 cm cultivada en maceta.

  Su floración, que se da durante los meses de verano, es apical, formando pequeños racimos de flores.

  El cultivo de esta planta es fácil, necesita una ubicación soleada para florecer bien, riego frecuente en verano, ya que tolera solo sequías puntuales, y el recipiente debe tener un buen drenaje.

  Agradece un abonado periódico durante el verano, cada 15 días aproximadamente.

  Puede ser atacada por pulgón, debiéndose combatir con insecticida específico. También, en tiempo seco, la araña roja ataca a esta planta. En este caso se ha de tratar con algún acaricida.

  Otros problemas que se pueden presentar son de tipo fúngico, como por ejemplo aparición de oidio en climas húmedos calurosos y con poca ventilación. Se manifiesta como una capa blanca sobre las hojas.

  Pudrición del tallo y de las raíces por exceso de agua y por falta de drenaje, en cuyo caso habrá que deshacerse de la planta.

  La verbena se multiplica generalmente mediante semilla, a finales del invierno. En primavera, cuando la plantita haya alcanzado cierta resistencia, se trasplanta a su sitio definitivo, donde tardará poco en florecer.

  Esta planta suele envejecer muy rápido, durando solamente unos 3 años, y siendo cada año más pobre su floración, con lo que es habitual sustituirla cada año.