Flor de cera

  La flor de cera (“Hoya carnosa”), recibe este nombre porque sus flores realmente parecen de cera o de porcelana, sobretodo cuando aún no están totalmente abiertas.

  Según la longitud de la planta podríamos tenerla como colgante o bien como trepadora, aunque necesita algún soporte para atarla ya que por sí sola no se agarra.

  Esta planta para florecer necesita estar en un lugar con mucha luz, lo ideal es colocarla en el exterior en sombra bien iluminada, es decir evitando los rayos directos del sol sobre la planta.

  No resiste heladas muy fuertes, con lo cual, respecto de su ubicación, habrá que tener en cuenta también que quede resguardada de los vientos fríos del invierno.

  Sus hojas son ovaladas y de aspecto carnoso, esto es indicativo de las reservas de agua que es capaz de almacenar la planta, aún así, es conveniente regarla con cierta frecuencia en verano, favoreciendo de esta forma la floración.

  En invierno, regaremos muy poco, dejando secar el sustrato entre riegos consecutivos. Si nos excedemos con los riegos sus hojas amarillearán. Cómo aquí llevamos algunos años que en invierno llueve con bastante frecuencia, generalmente me olvido totalmente de regarla en esta estación.

  Puede llegar a medir varios metros de larga, en concreto esta mía debe tener entre 5 y 6 metros, hay que tener en cuenta en la anterior foto, que desde el suelo hasta el tejado debe haber unos 3,5 m, a eso hay que sumar la longitud lateral.

  No requiere una maceta muy grande, con una maceta de unos 30 cm para una planta grande es suficiente. Esta planta empieza a florecer cuando las raíces se encuentran apretadas.

  La hoya carnosa suele ser atacada por el pulgón, que se apodera de los brotes nuevos y de los capullos. Se puede evitar fumigando con insecticida específico.

  Se reproduce por esquejes en primavera, aunque tardará en florecer, ya que como dije anteriormente necesita tener sus raíces bien apretadas en el recipiente para tener una buena floración.