Hace algún tiempo quería publicar sobre esta planta. La magnolia soulangeana también es conocida como “magnolia de hoja caduca”, ya que al contrario que el magnolio (“magnolia grandiflora”, del cual ya publiqué hace casi dos años y os dejo el link aquí), pierde la hoja en invierno, y empieza a florecer a principios de primavera, cuando aún no tiene hojas, dando lugar a una espectacular floración.
Esta planta es un híbrido obtenido por primera vez en Francia, cultivado por Soulange-Bodin, de ahí su nombre. Puede llegar a hacerse un árbol de hasta 6 metros de altura.
Existen distintas variedades, de las cuales yo os puedo mostrar dos, que son los ejemplares que tengo plantados en macetas. Una es la variedad “lennei”, con las flores con forma de tulipán, de color rosado por fuera y blanco por el interior (foto superior).
La otra variedad es “susan”, sus flores tienen forma de estrella, tienen un color rosa intenso casi morado y tienen una cierta fragancia a limón.
No son muchos los cuidados que les doy a estas magnolias. Su ubicación debe ser a media sombra, aunque también pueden estar a pleno sol. El problema es que con el sol directo sus flores se estropean más pronto. Cuando se trata de un ejemplar grande plantado en el suelo del jardín no tiene importancia la duración de sus flores, ya que al florecer de forma continua y masivamente, disfrutaremos igualmente un buen periodo de tiempo de sus flores.
Los ejemplares jóvenes tardan en florecer. Es posible que lo encontremos en la tienda pequeño y florecido, debido a técnicas que utilizan los viveristas para conseguir el forzado de las flores. Por lo que no es de extrañar que luego estemos dos años esperando a que nos vuelva a florecer.
La magnolia soulangeana tolera las heladas. A la hora de trasplantarla tendremos especial cuidado en hacerlo en primavera, y con todo su cepellón, de lo contrario podría no sobrevivir. Le gusta el terreno ácido, el alcalino le provoca clorosis que corregiremos como vimos en esta entrada.
Los riegos deben ser moderados y más frecuentes en verano. Yo personalmente añado fertilizante para plantas acidófilas en el riego una vez al mes durante los meses de crecimiento vegetativo.
Respecto a la poda, cortar las ramas según la forma que se le quiera ir dando o las que nos molesten, y las que se vean secas, cuando ya ha perdido las flores.
No suele ser atacada por plagas. Puede padecer enfermedades provocadas por hongos, que se tratarán con fungicidas específicos.